viernes, 15 de junio de 2012

ES MI-CROONDAS


Llegó la hora de presentarme oficialmente: Me llamo Macarena, nací en Madrid hace 25 años y soy la pequeña de 9 hermanos, y a día de hoy, tengo 14 sobrinos.


Tener una familia grande ha sido una experiencia muy enriquecedora en mi vida, creo que hay muchas pautas que no necesitas que nadie te explique, surgen solas y, dentro de las claves de supervivencia en este tipo de familias, está el aprender que el juguete de tu hermano es TU juguete y si no te lo deja se lo quitas (“compartir es quedarse sin nada” dijo una sabia), también aprendes a comer los huevos con patatas fritas en 5 microsegundos porque si no, se lo comerá el de al lado, y, como en toda gran familia, o gritas bien fuerte o nadie te escucha. Por eso, si algún día conocéis a alguien que come “ultrarápido” y al hablar, chilla todo el rato, no es que tenga un problema, es que tiene muchos hermanos.

Hay que tener en cuenta que en una GRAN  familia como la mía, hay una jerarquía estricta que hay que respetar como: “el mando de la tele le pertenece al mayor SIEMPRE”; en los viajes largos “los pequeños al suelo de la furgo”; “si hay churros de desayunar o te levantas pronto o acabarás desayunando sobaos que mamá compró en Macro hace dos meses” (para esto solo el inciso que las gemelas eran las expertas, se levantaban pronto, se comían todos los churros y luego volvían a la cama a pasar la resaca…¡cuánto he aprendido de ellas!).


El espíritu del reciclaje es un pilar básico y necesario en mi familia. Dentro de los lemas de mi madre se encuentran los siguientes: “los vaqueros de Carrefour que han pasado por tus 8 hermanos con un parche estarán como nuevos” o bien, “Los bolígrafos de publicidad son muchos mejores que esos rotrings maravillosos que tienen tus amigas en 10 colores”.

La vida en “Villa Nocito” era maravillosa para “la pequeña” de la familia. Todos mis hermanos siempre pringando, llevándome y trayéndome de todos los sitios; las broncas nunca eran para mi, porque siempre había algún mayor que llevarse la culpa; mi madre siempre compraba alguna chorradita cuando iba a la compra para las pequeñas de la casa. Todo tenía la armonía que debía tener hasta que, un 16 de Noviembre de 2000… ¡llego mi primera sobrina al mundo! Al principio la idea me entusiasmó, todo eran carantoñas y risas para la pequeña, incluso mis padres cambiaron y se hicieron mucho mas tiernos y cariñoso, pero lo que no me daba cuenta era que el ciclo de la vida en casa estaba cambiando….


Empecé a sospechar la primera vez que pregunté “¿Quién me viene a recoger a But tarde?" Y la respuesta que obtuve fue “¿No hay autobuses o qué?”, también empezó el ciclo “¿Maca, el Viernes que plan tienes? ¿No te vendrías de canguro de la enana que nos queremos ir a cenar por ahí?”. Pero lo peor de todo era que de forma mágica aparecieron tres botes bien grandes en la cocina… ¡llenos de chucherías!! ¡¡A BUENAS HORAS!!.  Justo en el momento que mi acné juvenil y las cartucheras empezaban a brotar y ya no podía ni oler esas malditas gominolas calóricas. Me sentí indignada, toda una vida gestionando mi paga de 100 pesetas semanales para comprar “chuches y cromos”, para que llegue una enana que babea y solo hace “pis y caca” y se lleve todos los honores, vamos, ¡una injusticia en toda regla!.

Tiempo más tarde, ya con un puñado de sobrinos, estaba un día en la cocina con alguna de mis cuñadas y una pequeñuela rondando por la zona, cuando hablando con mi cuñada de calentar un potito en el microondas… –“¿Cuánto tiempo meto el potito en el microondas?” pregunté, mientras la niña, que rondaba la cocina jugando con una especie de elefante con cuatro ruedas, me miró y con cara de rabia y gritando de furia me dijo…

“-¡¡No es TU-croondas es MI-croondas!!”.

Ahí estaba la clave de todo, los ciclos cambian, las familias crecen y, un día eres “la princesa” y al día siguiente hay una mocosa que “mola más que tu” y se lleva todas las atenciones. Pero cada uno aprende a tener su rol y sinceramente, estoy encantada. Ahora he pasado de ser “la pequeña” de la casa a ser “la heroína” de mis sobrinas. Quieren vestir como la tía Maca, bailar como la tía Maca e irse de compras con la tía Maca…

Ya para concluir la historieta de hoy, solo queda decir que… ¡Siempre habrá alguien que necesite el “mi-croondas” más que tu!

Y colorín colorado la anécdota de hoy ha finalizado


7 comentarios:

  1. Maca!! me encanta tu blog!!
    un beso grande
    adri

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  2. Brutal!,!! Jajajajjaja
    Bel

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  3. Tienes talento, Macarena. No dejes de escribir. Te miraré por el ojo de la cerradura

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    1. Muchísimas gracias Don Enrique. Espero que disfrute con las anécdotas que iré contando.

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  4. hahahah Maca que historia más buena! Sigue escribiendo que yo te iré siguiendo!
    Un abrazo bonita

    Marta

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