domingo, 23 de septiembre de 2012

El cumple de mi hermano Alex


Para los que no conozcáis a mi familia, debéis saber que hay dos miembros que son los reyes de la casa y los más especiales: Miguel y Alex. Hoy hablaré del segundo.

Mi hermano Alex tiene 30 años y es autista. Entre muchas virtudes que podría resaltar de El, es su  alegría, su inocencia , su fuerza de voluntad  y  la capacidad de encandilar a mi madre y conseguir exactamente lo que quiere cuando quiere.  Entre otras cosas, ayer celebró su cumpleaños con todos sus amigos del centro ocupacional aun cuando falta un mes para su cumple, ¿Por qué? Porque sí, no hay más que hablar.
Así que a partir de las 5 de la tarde empezaron a llegar todos sus compis, chavales tan especiales como El, con sus mejores galas y la bolsa con el regalo: “Alex te traje la colonia que me pediste”; “Aquí está la peli que me dijiste que te comprase” (parece que su capacidad de mandar no queda solo en casa). 

Así que nos reunimos en el jardín de mi casa sus amigos, mis sobrinos, mis hermanos…  La primera anécdota empiezó cuando una amiga de Alex, Rocío, me mira con ternura y me pregunta: ¿Estas embarazada?” le contesto que NO, y me dice con toda la inocencia del mundo “No, si solo lo decía por la tripa que tienes” y sigue tan normal comiéndose un trozo de Pizza (en ese momento decidí que la dieta que estaba haciendo no estaba dando sus frutos).

Entre los asistentes al evento, se encontraba mi hermano Rodri, que hace unas semanas le han operado de dos piernas, tiene las dos piernas escayoladas y por tiene que ir en silla de ruedas, así que otra de las amigas de Alex, Mónica, una chavala que mide 1,50 y es capaz de hacer 20 preguntas seguidas por segundo, muy impactada al ver a Rodri así, le pregunta: ¿Qué te ha pasado?,;¿ Te vas a curar?; ¿Por qué tienes escayola?; ¿Te duele?  Rodri va contestando una a una todas sus preguntas… ¿Pero vas a andar? Le pregunta Mónica, Rodri contesta “si, en cuando el médico me deje”. Mónica sigue insistiendo “¿Y en un minuto podrás andar?”, Rodri contesta que no, y Mónica insiste “¿Y en cinco minutos?” Rodri ya sin poder contener la risa contesta “en cinco seguro que ya si”.

La tarde continúa, se termina la merienda, pasamos a cantar el cumpleaños feliz y a poner música de “Bisbal y Bustamante” tal como piden los asistentes al cumple. Ya se empieza a hacer de noche y Rodri me pide que le lleve a su cuarto, así que empiezo a empujar la silla y cuando ya estamos a unos 15 metro de distancia al evento, Mónica ve a Rodri y GRITA:

-“¡¡¡Eeeeeee, mmmmm, como era el nombre, ah si… SILLA DE RUEDAS, hasta luego que te cures pronto!!!!!”.

Muertos de la risa, nos vamos,  y ya desde entonces hemos decidido no llamarle por otro nombre que no sea “silla de ruedas”.



Muchas veces envidio la inocencia de estos chavales, que son felices simplemente con dos trozos de pizza y uno  de tarta y, no piden más a la vida que el cariño de los suyos y ser aceptados tal y como son.  Solo añadir que el ambiente cuando ellos están cerca es alegre, positivo y te das cuenta que en la vida los pequeños detalles, los abrazos, las sonrisas pueden mover montañas. Así que desde mi humilde blog, una ovación a todos ellos.

Y colorín colorado…

lunes, 17 de septiembre de 2012

OJO las tecnologías


Antes de nada, diré que ésta anécdota me la contaron de primera mano y es CIERTA (los nombres obviamente me los he inventado).

Los señores González, un matrimonio joven, acababan de tener su esperado y deseado bebé llamado… “Pepito”. Estaban felices y entusiasmados, y , su mayor satisfacción era ponerle el faldón de los Domingos al enano y sacarle a pasear para que todo el mundo viese lo primoroso, gordo y bonito que era “su Pepito”.
Un buen día, sus íntimos amigos, “los Vázquez” les llaman por teléfono para darles la enhorabuena por la buena nueva, y claro, con toda la ilusión invitaron a “los Vázquez” para que conocieran al bebe. Los amigos, con toda la alegría fueron al “Gocco” más cercano a su casa para comprar un detallín al recién nacido y una tarta para la mamá. Así que llegó el momento de la visita al dulce hogar de los González…



- “Ding dong, ding dong”…
-“Manolo, abre la puerta mientras peino y pongo colonia al niño, que  han llegado los Vázquez”.
Manolo abre la puerta:
-“qué ilusión que hayáis venido, pasar al salón, pasar por favor no os quedéis en la puerta…”
Total, que ahí se juntan todos, los González y los Vázquez se reúnen en torno a Pepito para alabar las cualidades del pequeño:
- “Pero qué ricura de niño, de verdad que no podía ser más guapo”.  “¿Te duerme bien toda la noche”.
 -“si si, es un santito”
-“Pues qué suerte porque mi manolín no sabes que noches me hacía pasar, y encima es guapo, pero guapo eh?”.

La conversación sigue hasta que mama González se da cuenta que pepito se ha hecho “popo” y se van el marido y ella a cambiar al bebe.

Los Vázquez se quedan solos y deciden decir la VERDAD (pero con saña): “¡Pero será feo el niño!”, y continúan insistiendo “¡no me creo que lo paseen alegres, deberían tenerlo escondido, menudo niño mas feo!”.
El uno al otro se van animando y las criticas van en aumento, hasta que los González aparecen rojos de ira y les dicen “¡¡¡¡FUERA DE NUESTRA CASA!!!”. Los Vázquez asombrados preguntan “¿Pero por qué, si aun no hemos tomado la tarta?”, a lo que contestan los González a voz en grito: “Lo hemos escuchado todo por el Walkie, que poca vergüenza tenéis, ¡¡¡venir a nuestra casa a criticar a nuestro hijo!!!!”.


Así que los Vázquez se fueron…  ¿Qué otra opción les quedaba? Un puñetero aparato que sirve para escuchar el llanto del bebé les había cazado de lleno, ¡les había costado una humillación y una amistad!
Muchas veces nos preguntamos si las nuevas tecnologías son un avance o nos están limitando la vida privada, el razonamiento o la memoria… pues bien, no entraré en ese debate, simplemente que ¡hay que estar al tanto de los pequeños detalles antes que nos jueguen una mala pasada!

Y colorín colorado…