lunes, 2 de julio de 2012

Kind regards


En mi último año de facultad decidí irme de Erasmus a Holanda. Era una experiencia que me apetecía mucho vivir. La idea de irme un año fuera, conocer gente nueva me atraía,  pero tenía un pequeño problema ¡NO TENIA NI IDEA DE INGLES!


Lo primero que hice fue solicitar el Erasmus con la clara idea que el examen de inglés no lo iba a pasar, pero sorprendentemente LO PASÉ (con nivel bajo, pero suficiente). De mi facultad fuimos tres seleccionados, mis queridos amigos Diego y Pablo  y mi persona. Al saber que habíamos sido aceptados empezamos con los trámites de matriculación en la Universidad de Utrecht, búsqueda de alojamiento, asignaturas…

En Holanda ocurre exactamente lo contrario a España, la burocracia FUNCIONA. Desde el primer momento empezamos a recibir e-mails de la universidad que nos iba explicando qué pasos teníamos que seguir, que formularios había que rellenar… Así que cada vez que recibía un mail, hacía lo que me solicitaban y contestaba al mismo coordinador que gestionaba toda la documentación, dudas y preguntas.
Sin casi darnos cuenta, llegó Septiembre, y con ello nuestra partida a ese maravilloso País llamado Holanda. El primer día nos recibió en coordinador llamado “Jeroen Van Pelt”, el cual hizo una introducción a todos los Erasmus de “Geosciences”. También hicimos una pequeña visita a la universidad y una ruta turística por la ciudad que finalizó cenando pancakes (a las 18.00) en un restaurante a pie de canal.


El primer fin de semana nos fuimos todos los estudiantes Erasmus con la organización al famoso “Introduction weekend”. En medio del campo, en un albergue al lado de un lago, nos fuimos conociendo  entre gymkana y cerveza vamos ¡Un planazo! Todo iba sobre ruedas, hasta que… ¡Empezamos las clases! Los estudiantes holandeses iban a clase SOLO a preguntar dudas, se descargaban las presentaciones antes de clase, llevaban todo estudiado y al día, con la sola intención de “profundizar conceptos”, mientras que los “tontitos españoles” no nos esterábamos de nada.



Antes de ir de Erasmus,  escogimos las asignaturas más fáciles pensando en estudiar lo mínimos posible: 
“-chicos hay una que se llama introducción a la geofísica, menuda mariconada, ya hemos hecho esa asignatura en España”, pues la “chorradita” resultó ser toda la resolución matemática para entender las fórmulas fundamentales de la geofísica… Viendo lo que se nos venía encima, y queriendo no ser los primeros estudiantes que suspenden en el Erasmus, decidimos empezar a cambiar las asignaturas, pero para ello necesitábamos ponernos en contacto con el famoso “Jeroen Van Pelt”, nuestro querido coordinador que tanto nos había ayudado.

Una mañana, estando en la facultad los tres mosqueteros, delante del ordenador y con toda la intención de parar el ridículo que estábamos haciendo, nos pusimos a mandar el mail al coordinador para cambiar las asignaturas pero… ¿Cómo conseguir el e-mail? Pregunté inocentemente, cuando Diego que es muy avispado dijo: “No so preocupéis, tenemos los mails que recibimos antes de venir a Holanda, cuando solicitamos el alojamiento, la matricula etc”. Yo extrañada y poco convencida de lo que Diego estaba comentando añadí: “¡¡¡Diego te estas confundiendo, quien nos escribía para hacer las solicitudes no era Jeroen era  KIND REGARDS!!!"
En ese preciso momento, Diego y Pablo estallaron de la risa, yo personalmente no entendía el por qué, y fue cuando me dijeron: “-Maca Kind regards significa SALUDOS CORDIALES”. ¡Había estado mandando mails escribiendo “Dear Kind” durante meses!, yo en mi defensa, alegaba que Kind regards podía ser un nombre holandés como cualquier otro, pero no tuvieron piedad, tardaron aproximadamente 3 segundos en mandar un mensaje a todos los del Erasmus contándoles la hazaña.
La notica corrió como la pólvora, tanto, que el propio “kind” lo supo y  no tardó en firmar sus mails como “kind regards”.

Como conclusión diré, que después de 10 meses en Holanda, por lo menos aprendí a despedirme cordialmente en las cartas.



Y colorín colorado…

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