Para los que no conozcáis a mi familia, debéis saber que hay
dos miembros que son los reyes de la casa y los más especiales: Miguel y Alex.
Hoy hablaré del segundo.
Mi hermano Alex tiene 30 años y es autista. Entre muchas
virtudes que podría resaltar de El, es su
alegría, su inocencia , su fuerza de voluntad y la
capacidad de encandilar a mi madre y conseguir exactamente lo que quiere cuando
quiere. Entre otras cosas, ayer celebró
su cumpleaños con todos sus amigos del centro ocupacional aun cuando falta un
mes para su cumple, ¿Por qué? Porque sí, no hay más que hablar.
Así que a partir de las 5 de la tarde empezaron a llegar
todos sus compis, chavales tan especiales como El, con sus mejores galas y la
bolsa con el regalo: “Alex te traje la colonia que me pediste”; “Aquí está la
peli que me dijiste que te comprase” (parece que su capacidad de mandar no
queda solo en casa).
Así que nos reunimos en el jardín de mi casa sus amigos, mis
sobrinos, mis hermanos… La primera
anécdota empiezó cuando una amiga de Alex, Rocío, me mira con ternura y me
pregunta: ¿Estas embarazada?” le contesto que NO, y me dice con toda la
inocencia del mundo “No, si solo lo decía por la tripa que tienes” y sigue tan
normal comiéndose un trozo de Pizza (en ese momento decidí que la dieta que
estaba haciendo no estaba dando sus frutos).
Entre los asistentes al evento, se encontraba mi hermano Rodri,
que hace unas semanas le han operado de dos piernas, tiene las dos piernas
escayoladas y por tiene que ir en silla de ruedas, así que otra de las amigas
de Alex, Mónica, una chavala que mide 1,50 y es capaz de hacer 20 preguntas
seguidas por segundo, muy impactada al ver a Rodri así, le pregunta: ¿Qué te ha
pasado?,;¿ Te vas a curar?; ¿Por qué tienes escayola?; ¿Te duele? Rodri va contestando una a una todas sus
preguntas… ¿Pero vas a andar? Le pregunta Mónica, Rodri contesta “si, en cuando
el médico me deje”. Mónica sigue insistiendo “¿Y en un minuto podrás andar?”,
Rodri contesta que no, y Mónica insiste “¿Y en cinco minutos?” Rodri ya sin
poder contener la risa contesta “en cinco seguro que ya si”.
La tarde continúa, se termina la merienda, pasamos a cantar
el cumpleaños feliz y a poner música de “Bisbal y Bustamante” tal como piden los
asistentes al cumple. Ya se empieza a hacer de noche y Rodri me pide que le
lleve a su cuarto, así que empiezo a empujar la silla y cuando ya estamos a
unos 15 metro de distancia al evento, Mónica ve a Rodri y GRITA:
-“¡¡¡Eeeeeee, mmmmm, como era el nombre, ah si… SILLA DE
RUEDAS, hasta luego que te cures pronto!!!!!”.
Muertos de la risa, nos vamos, y ya desde entonces hemos decidido no
llamarle por otro nombre que no sea “silla de ruedas”.
Muchas veces envidio la inocencia de estos chavales, que son
felices simplemente con dos trozos de pizza y uno de tarta y, no piden más a la vida que el
cariño de los suyos y ser aceptados tal y como son. Solo añadir que el ambiente cuando ellos están
cerca es alegre, positivo y te das cuenta que en la vida los pequeños detalles,
los abrazos, las sonrisas pueden mover montañas. Así que desde mi humilde blog, una ovación a todos ellos.
Y colorín colorado…
Cuánta razón Maca!! Me ha chiflado esta anécdota!! Un besazo enorme!! I miss you!! Ah!! Y aunque estés "embarazada" estás estupenda!! Jejeje. Caroli
ResponderEliminarjajajja, a mi lo del embarazo me ha pasado muchas veces, jaja!!
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