Lo primero pido disculpas por el abandono de mi blog, ¡espero ponerme a partir de ahora en serio!
Desde hace un tiempo todo mi alrededor se ha unido a la moda del running. Todo empezó por mi cuñado Iñaki, que empezó siendo un aficionado y pasó a llegar a casa un domingo cualquiera a las 12 de la mañana, mientras yo estaba desayunando con la cara sin lavar, diciendo "acabo de correr 20 Km, que pasada". Sinceramente yo solo me cansaba al oírlo y eso que me pillaba sentada que si no...
Más tarde se unieron mis dos hermanos mayores, se pusieron en modo "papa cañón" y en modo "somos un grupo de corredores sanos" empezaron a ir a carreras, medias maratones y ya por ultimo maratones. Para ello se preparaban como 5 siglos antes (grosso modo), y les ofrecía 5 semanas antes unas patatas en el aperitivo y su respuesta era "es que estoy preparando una carrera". Entonces empecé a sacar mis propias conclusiones "¡bastante con madrugar un domingo para correr 10 km, para encima pasarte 5 semanas antes comiendo filete de pollo a la plancha y verdura hervida!"
Cuán engañada he estado, pensando que era simplemente ponerte las "zapas" de deporte marcha blanca, la camiseta vieja de tu hermano mayor y las mallas mas cutres y salir a la calle a correr sin más, PERO NO, estaba muy equivocada, señores esto del running es una CULTURA. Empecé a entender que para mover las piernas un rato hacía falta una dieta sana, cero grasas, azúcar solo de la fruta , mucha proteína y en el caso de ejercicio físico importante, entonces hidratos de carbono sin aditivos, lo que en mi idioma sería "macarrones sin tomate", vamos sin ninguna gracia. No solo eso, sino MADRUGAR los fines de semanas o levantarte 2 horas antes de trabajar, porque como bien dicen los runners "Me da la vida lo de correr, si no, lo noto muchísimo".
Reconozco que he estado mucho tiempo reticente a la idea de correr, primero porque hay que ponerse un chandal, y eso ya me cuesta mucho, pero bueno, en esta vida es importante sentirte uncluída en la comunidad, así que me calcé mis zapas y mi moño y a la calle.
Primero empecé corriendo 15 minutos, bastante asequible, aunque señores hay que tener en cuenta que mi urbanización está llena de cuestas, pero soy una machota, y pasé a 20 minutos, y de ahí a 30 minutos (ahí que me quedado, tampoco me voy a flipar). Para ser el doble de cool (si es posible), aparte de las super nike,el ipod nano agarrrado al brazo, el moño Pocholo, he pasado un escalón más... me llevo a mi perra "Pizca", que me vais a perdonar runners del mundo pero... ¡Eso ya es lo más de lo más!
El otro día, sin irme más lejos, estaba yo tranquilamente corriendo con Pizca, a un buen ritmo siempre, teniendo el cuenta que, cuando veo a mi vecina "90-60-90" conjuntada hasta los calcetines, corriendo con su pastor Alemán, reconozco que acelero para molar un poco más. Total, que me voy por las ramas, paso a mi vecina, su tipazo, su perro a velocidad rayo, cuando me encuentro la cuesta más pronunciada que haya visto yo jamás (sin exagerar), y pienso "Maca, tu puedes con esto, vamos A TOPE, A FULL" hago mirada de reojo a Pizca, que dado que es un Pointer no tiene problemas, me asiente, y vamos para arriba.
A mitad de la cuesta, ya casi deshidratandome, a velocidad "Billy la rapida" con la cara rojo tomate, miro de reojo a la perra, que iba a mi lado y... me doy cuenta que la "jodía de ella" ¡iba andando! Así que pasada la cuesta, hundida en la miseria de haberme engañado a mi misma la ultima media hora pensando que corría, y habría quemado como 500 millones de calorías, desaceleré y paseé con la perra tan pancha, que es lo que hace básicamente todo el mundo en una tarde soleada, dejé de ser "cool runner" para ser mortal.
Conclusión de hoy: subiré esa cuesta corriento lo primeto! y si no, paseen y sean felices.
Y colorin colorado...